Dieciseisavos de final del campeonato de Europa de badminton. Se enfrentan la húngara Laura Sarosi y la alemana Karin Schnaase. Quien gane se asegura el pase a los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Nada más y nada menos. La húngara domina en el marcador cuando a la alemana se le rompe la suela de la zapatilla. La norma es clara, sin material de repuesto, se pierde el partido. La alemana se resigna cuando de repente Sarosi, en un acto de generosidad le ofrece el par de zapatillas de repuesto que tenía, curiosamente eran de su número.

El partido sigue y Laura Sarosi pierde. Se queda sin juegos.

Pero su acto de generosidad no pasa desapercibido para el mundo del deporte en general y del badminton en particular. Se crea una web para recoger firmar y que el COI (Cómite Olimpico Internacional) invite a Laura Sarosi a Rio. La generosidad puede valer unos Juegos…

Aquí terminaba mi artículo, pero lo he retomado porque he sabido que finalmente Laura Sarosi irá a los juegos olímpicos.

Hace unas semanas la jugadora húngara recibió la llamada del presidente de la federación de badminton de su país para confirmarle su billete a Rio de Jainero, sede de los próximos juegos olímpicos. No se lo creía, estaba tremendamente feliz con la noticia.

En una entrevista reciente, la jugadora comentó que no se lo pensó dos veces cuando vio que la alemana necesitaba sus zapatillas. Cree que cualquier otro jugador hubiera hecho lo mismo. Hoy en día se siente muy contenta por poder ir a Río y satisfecha por la repercusión que la noticia ha tenido en los medios de comunicación y que hace que el badminton, especialmente en Hungría, sea un poco más conocido.

Laura se ganó el derecho a ir a los Juegos porque entró en otro «juego» tal vez más valioso como es el de la generosidad.

¡Suerte Laura!

@sebasrevuelta