Haití. 12 de Enero de 2010. Un terrible terremoto sacude el país y cambia la vida de miles de personas para siempre.
Tras la terrible tragedia muchos haitianos sufren amputaciones de brazos o piernas.
Haití, es un país en el que el fútbol se vive con pasión, impresiona ver como la gente queda para seguir los partidos del Real Madrid o del Barcelona o los partidos del mundial, el hecho de estar en una isla del Caribe a miles de kilómetros de dónde se disputa la competición, no impide que se viva con auténtico fervor.
Tragedia y pasión se citan en Cite du soleil, uno de los barrios más marginales de Puerto Prínicipe, la capital del país. En una cancha de fútbol del barrio se reunen un buen grupo de jóvenes, todos con algún tipo de amputación, para lo que parece un imposible, practicar del deporte rey.
El fútbol les ha devuelto la ilusión, las ganas, han volcado su energía en la pelota. Ayudados por muletas o prótesis se mueven con una agilidad que sorprende. «El fútbol me devolvió la alegría por vivir, y mi vida cambió desde que llevo la prótesis. Lo malo es que nuestro país aún no se recupera. Ojalá todos tuvieran las mismas oportunidades de superación», nos cuenta el goleador, Pierre Mackenson, de 28 años.
El calor, que golpea con fuerza desde media mañana, no impide que «Los Tarántulas», nombre elegido para el equipo, se entrenen dando todo en cada jugada. El ruido metálico del choque de las muletas, el sudor, el polvo que levanta el campo de tierra, y el típico «pasa», «pasa», son elementos que componen un espectáculo deportivo de auténtica superación.
El escudo es una tarántula a la que le falta una pierna, hemos elegido el nombre Zaryen (tarántula en creol, la lengua de Haití) porque este tipo de araña sale directamente a atacar, y esa es nuestra filosofía, comentan los jugdores.
Y es que un balón dividido en el centro del campo con varios jugadores alrededor, recuerda a una araña por el enjambre de muletas y piernas que se entremezclan.
Estos chicos que ahora aspiran a jugar el mundial de fútbol con discapacidad, nos han demostrado que de una tragedia se puede emerger y levantarse. El fútbol ha sido el instrumento con el que han empezado a componer una melodia de superación personal y colectiva.
Molan los Tarántulas ! Gracias por compartir.
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